Alicantina y artista de nacimiento, desde que soy pequeña me recuerdo con una pintura, pincel o lápiz en la mano. Mis inicios fueron como diseñadora de moda, creaba unos maravillosos outfits para mis muñecas. El paso al pincel fue algo sencillo, mi abuela fue mi fiel compañera y confío en mí para pintar en telas y pequeños lienzos, no tenía límites y dejaba volar la imaginación de una niña de 8 años. Dibujar y hacer manualidades se convirtió en mi pasatiempo favorito. 

En el instituto, tras una mala decisión, estudiar ciencias (sí, a día de hoy me cuesta comprender cómo tomé aquella decisión). No me arrepiento, porque pude darme cuenta a tiempo de que era mi pasión y lo que quería para mi futuro. De la noche a la mañana pasé de querer ser una arquitecta a una artista que estudiaría, tras muchas batallas con las matemáticas, la carrera de Bellas Artes.

GRADO EN BELLAS ARTES, si en mayúsculas, que SUPER experiencia. En los dos primeros años del grado tuve la oportunidad de conocer muchas disciplinas artísticas simultáneamente en un ambiente divertido rodeada de grandes compañeros. Desde la escultura hasta la fotografía, pasando por la pintura, la historia del arte, el dibujo técnico…